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Descubre cómo el Lactato y el Entrenamiento revolucionan la Prevención del Cáncer.

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Para comprender cómo nuestro entrenamiento puede influir en la manera en que nuestras células manejan el lactato y cómo esto podría estar relacionado con un menor riesgo de desarrollar cáncer, primero debemos entender qué es el lactato y cuál es su papel en nuestro metabolismo, vamos a verlo en este nuevo post.

El lactato es el producto final de la glucólisis, una vía metabólica que se produce fuera de las mitocondrias y que no depende del oxígeno para producir energía. Esta vía refleja el estado metabólico del organismo en relación con sus demandas energéticas. Cuanta más energía necesite el organismo y más velocidad requiera, la principal vía metabólica será la glucólisis, produciendo lactato como subproducto. Este lactato es considerado una fuente de energía, especialmente durante ejercicios de alta intensidad.

Durante periodos de menor demanda energética, como en reposo o en entrenamientos de baja intensidad (zona 2), la vía metabólica predominante es la oxidativa, que se produce en las mitocondrias gracias a la oxidación de la glucosa. Sin embargo, la glucólisis sigue funcionando a un ritmo menor.

El lactato, más que un simple subproducto metabólico, es uno de los metabolitos más influyentes en el cuerpo humano. Durante el ejercicio, especialmente en ejercicios de alta intensidad, producimos grandes cantidades de lactato. Las mitocondrias, responsables de generar energía a través de la fosforilación oxidativa, juegan un papel crucial en la utilización del lactato, que no solo es una fuente de energía, sino también un regulador clave en la función mitocondrial (Glancy et al., 2020).

Lactato, Mitocondrias y Prevención del Cáncer

Estudios recientes, como los realizados por el Dr. Iñigo San Millán, sugieren que el lactato podría jugar un papel importante en la lucha contra el cáncer. Por ejemplo, en un estudio con ratones, se observó que el lactato ayudaba a rejuvenecer las células inmunitarias que combaten el cáncer. La administración de lactato combinada con inmunoterapias mostró una notable eficacia en la reducción del crecimiento tumoral (Clemente-Suárez et al., 2023). Esto nos lleva a preguntarnos: ¿podría el ejercicio físico, que naturalmente aumenta los niveles de lactato, ayudar a protegernos contra el cáncer?

La evidencia sugiere que la salud mitocondrial es crucial para la prevención del cáncer. Mitochondrial dysfunction is linked to increased cancer risk, and regular exercise can enhance mitochondrial function, thereby potentially reducing cancer risk (de Bari et al., 2013).

La Importancia del Entrenamiento en la Asimilación del Lactato

En deportes de resistencia, el lactato es un marcador de salud y funcionalidad mitocondrial. La capacidad de nuestras mitocondrias para asimilar y reutilizar el lactato para producir energía es crucial. Cuanto más lactato somos capaces de producir y asimilar, mejor deportista somos, y más importante, esto es un marcador de salud. Al usar el lactato para el rendimiento deportivo, estamos evitando que sea utilizado por células senescentes que podrían transformarse en cancerígenas (Jeppesen et al., 2013).

Un ejemplo de esto es Kilian Jornet en su última victoria en el UTMB. Aunque no hiciera sprints, producía mucho lactato, pero su secreto está en su capacidad para asimilar ese lactato y transformarlo en energía. El entrenamiento regular mejora nuestra función mitocondrial y nuestra capacidad para manejar el lactato, lo que es vital para la salud.

Mejorar la Función Mitocondrial a través del Entrenamiento

Para mejorar nuestras capacidades mitocondriales de asimilación del lactato, podemos usar dos métodos:

  1. Desarrollar una mayor densidad mitocondrial: Esto se logra mediante sesiones de alto volumen a baja intensidad, sin superar la zona 2. Este tipo de entrenamiento es como un rodaje suave donde se puede mantener una conversación mientras se corre.
  2. Mejorar la calidad mitocondrial: Se logra con sesiones puntuales de alta intensidad. Estas sesiones inducen cambios en nuestras mitocondrias, mejorando su capacidad para manejar el lactato producido durante el ejercicio (Hashimoto & Brooks, 2008).

Conclusión

En conclusión, el entrenamiento físico no solo mejora nuestra condición física y nuestra capacidad para manejar el lactato, sino que también podría tener implicaciones profundas en nuestra salud a largo plazo, incluyendo la prevención del cáncer y otras enfermedades metabólicas. La actividad física es una de las herramientas más potentes para prevenir estas afecciones y retrasar el envejecimiento (Dimeo et al., 1998). Así que si necesitas una razón más para hacer ejercicio, las evidencias son claras: ¡ate las zapatillas y salga a conquistar su salud!

Sed muy felices, que es vuestra única obligación y nunca, nunca dejéis de hacer deporte.

Si quieres ayuda con tus entrenamientos con un profesional que respeta tu salud antes que cualquier otra cosa, puedes enviarme un email y estaré encantado de analizar tu caso.

Escríbeme a pablo@pablojcastillo.es

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